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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

domingo, 26 de febrero de 2012

¿Qué Puedo Hacer Para Ser Salvo?

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Por Mike Gendron
¿Puedes pensar en una pregunta más importante que la pregunta hecha por el carcelero de Filipenses: “¿Qué debo hacer para ser salvo?”? ¿Hay alguna otra pregunta en la vida más crítica y urgente que determinar donde pasará la eternidad? El guardia de la cárcel de Filipos debe haber sabido que se enfrentaba a la pena eterna para poder hacer la pregunta. El debía haber sabido que Dios tratará con el pecado, ya sea con Su ira o con Su gracia. La respuesta que Pablo y Silas le dieron a su pregunta fue muy clara y profunda, “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.” (Hechos 16:30-31) Hoy hay 5 millones de personas en el mundo que no aceptarán esta respuesta como la verdad de Dios. Muchos están convencidos de que deben hacer algo más que creer. No se dan cuenta de que “creer en el Señor Jesucristo” necesita comprender lo siguiente:

Quien es Jesucristo
Que fue lo que Jesucristo llevó a cabo
Que es lo que el Señor Jesucristo, manda y promete
Si alguien escucha el mensaje de Cristo y de Su Reino y no lo entiende, viene el maligno y lo arrebata (Mateo 13:19). Pero el que oye la Palabra de Cristo, y lo entiende, va a compartir las buenas nuevas con muchos otros, llevándolos a un conocimiento salvador de Cristo (Mateo 13:23). Las buenas noticias es que el Evangelio de Jesucristo tiene el poder para salvar a todos los que creen (Romanos 1:16). Si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.¡Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo! La fe que salva es por el oír la palabra de Cristo (Romanos 10:9-17).
Muchos católicos no entienden “quien es Cristo” debido a que las enseñanzas oficiales de la Iglesia Católica Romana pintan un cuadro diferente de lo que lo que se revela en las Sagradas Escrituras. El Concilio Vaticano II declara que logremos nuestra propia salvación y colaboraremos en salvar a nuestros hermanos a través de la oración y las buenas obras (p. 66, Documentos del Concilio Vaticano II, Flannery). ¿Fue Cristo simplemente “el abridor de la puerta” del cielo o era el Salvador? Si podemos alcanzar nuestra propia salvación, entonces ¿por qué Cristo tuvo que morir por nosotros? ¿Es Cristo el único mediador sin pecado entre Dios y el hombre o quiere compartir ese papel con María, como el catolicismo romano enseña? De acuerdo con el CV II, cuando María fue “asunta a los cielos, no abandonó su misión salvadora, sino que con su múltiple intercesión, sigue dándonos los dones de la salvación eterna” (página 419).
¿Es Jesús el único camino al Padre, o son musulmanes, que rechazan la deidad de Cristo, los que forman parte del plan de salvación de Dios como se indica por el CV II, (página 367). Es Cristo y Su Palabra la Verdad o debemos creer los dogmas de la Iglesia Católica que anulan la suficiencia de Su sacrificio perfecto, Su gracia y Su Palabra. Vaticano II declara: “En la disposición sumamente prudente de Dios, la Sagrada Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia están unidos y ligados, que ninguno de ellos no puede subsistir sin los otros” (página 756).
Las Escrituras revelan que Jesús es el Salvador que apareció “para quitar el pecado una vez para siempre por su sacrificio” (Hebreos 9:26). Jesús es el único calificado para salvarnos. Él tiene que ser a la vez Dios y hombre. Sólo como Dios podría producir Su sacrificio el infinito valor necesario para salvar a todos los hombres, de todos los tiempos. Sólo un hombre podría ser nuestro redentor. Y sólo un hombre, que vivió una vida sin pecado, podría morir por alguien más. De lo contrario, tendría que morir por su propio pecado. Está claro que Dios proveyó el único camino posible para que seamos salvos. Él se hizo hombre, vivió una vida perfecta y voluntariamente pagó la pena de muerte por el pecado que su justicia demanda. “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12). No hay otro mediador entre Dios y el hombre, “Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre” (I Timoteo 2:5). La importancia de creer que Cristo se pueden resumir de la mejor manera por las palabras de Cristo mismo, “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados.” (Juan 8:24). Aquellos que creen que la salvación se puede obtener mediante la adición a la obra perfecta y completa y suficiente de el Señor Jesucristo tienen que arrepentirse y venir a la cruz con las manos vacías de la fe, trayendo nada más que sus pecados (2 Timoteo 2:24. – 26). Agregar los logros humanos a la gracia anula la gracia salvadora de Dios, que es la única manera en que Dios salva a los pecadores (Romanos 11:6).

Fuente: ElEvangelioSegúnJesucristo

viernes, 24 de febrero de 2012

Falsas profesías!

Y siguen con sus falsas profesias! ya habiamos oido a Benny Him, pero ahora vemos las falsas profecias de Guillermo Maldonado! ¿Hasta cuando abriran los ojos el pueblo de Dios y se daran cuenta de que estos hombres no sirven a Dios?

jueves, 23 de febrero de 2012

No se nace Cristiano, pero se llega a Serlo














Por admin -
En otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia. – Romanos 11:30.
(Jesús dijo:) De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. – Juan 3:3.
Escuchelo aquí… en su dispositivo Móvil [iPod, iPhone, iPad, Androide ó Celular]
¿Cómo se llega a ser cristiano? Algunos creen que son cristianos porque tienen un conocimiento aproximado de las verdades cristianas: fueron bautizados y siguieron una enseñanza religiosa. Otros reconocen la existencia de un Dios creador; otros nunca faltan a los oficios religiosos y siguen ritos y tradiciones, sin hacerse demasiadas preguntas.
Sin embargo, no se nace cristiano porque los padres son cristianos. Tampoco se llega a serlo por medio de estudios teológicos en un seminario o en un instituto bíblico, ni por haber recibido una instrucción religiosa. Entonces, ¿cómo se llega a ser cristiano?
La Palabra de Dios nos dice que para llegar a ser “hijo de Dios” es necesario el “nuevo nacimiento”, es decir, arrepentirse y, por la fe, aceptar a Jesús como Salvador. Estoy perdido, lejos de Dios, soy pecador. Por eso necesito ser salvo y tener una relación con Dios, cosa que sólo Dios puede darme si confío en él.
Depositar su fe en Jesucristo, creer y confiar en él, es algo muy distinto de lo que es una religión, pues la religión no salva, pero Jesús sí. “A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
“El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).

jueves, 16 de febrero de 2012

LA VERDAD DE LAS CAÍDAS DE ESPALDAS


El “Caer” o “Derribar”, se puede deducir que tienen en común que siempre se refieren a una persona o cuerpo que, mediante movimiento, cambia de posición hacia abajo; en el caso de las personas estas están de pie y luego en el suelo. Este es el caso de las caídas que pueden verse en la actualidad en muchas iglesias modernas.
Generalmente, cuando los cristianos modernos caen de sus propios pies, lo hacen durante un servicio religioso, donde un pastor, o líder espiritual, está ejerciendo cierta influencia religiosa sobre sus oyentes. El ejemplo más usual es aquel donde el líder  esta orando, reprendiendo, intercediendo, etc. y mediante palabras, gestos o toque físico “transmite algo" que produce que uno o varios de sus oyentes caigan al suelo; en la casi totalidad de los casos hacia atrás, es decir, de espaldas.
Es muy frecuente observar la presencia de otras personas que sostienen en sus brazos a quien cae, de forma que el desplazamiento se ve interrumpido por una persona que evita que el golpe con el suelo sea peligroso. En ocasiones, cuando hay una cantidad de personas que impide que la caída sea hacia atrás, o de espaldas, es común ver que las personas se “desploman", como si fueran desconectadas de una fuente de energía que los mantenía de pie.

Estos sucesos son referidos como “caerse en el Espíritu Santo" o “ser derribado por el Espíritu Santo". De esta afirmación es deducible que lo que el oficiante transmite mediante sus manos o discurso es bien el Espíritu Santo mismo, o algún tipo de poder de parte de Este, que produce tal suceso en sus oyentes.
A lo “transmitido" por el oficiante también se le llama el “toque del Espíritu Santo", haciendo referencia al resultado del tal, es decir, la caída de quien lo recibe. En muchas ocasiones durante la “caída" se emiten sonidos parecidos a los de ciertos mamíferos tales como lobos, perros, leones entre otros. También es común observar  temblores involuntarios, risa descontrolada, gestos manuales y faciales, retorcimientos etc.
El presente artículo analiza una “caída" con un estilo sencillo. Supóngase un líder espiritual de cierta iglesia evangélica durante un oficio religioso, en un momento determinado este levanta sus manos hacia el auditorio y varias personas caen. Para muchos cristianos esta escena es el resultado de la obra del Espíritu Santo a través del oficiante (emisor o instrumento) y hacia el auditorio (receptor). En lo adelante, se analizará este hecho a la luz de las Escrituras, la cual ya se explicó  anteriormente, es la completa revelación de Dios a los hombres.

Las “caídas" registradas en La Biblia

En las Sagradas Escrituras es común encontrar que las personas caen ante determinados sucesos; generalmente como símbolo de reverencia y sumisión ante Dios mismo (Levítico 9:24, Jueces 13:19-23) o ante alguien de mayor autoridad (II Reyes 2:16) como era el estilo oriental de la época. Es por esta razón que muchas veces en la versión Reina Valera 1960 la traducción es “caer postrado" o sencillamente “postrado", como el ejemplo del falso dios 

filisteo Dagón ante el arca de Dios (I Samuel 5:3-5), donde la palabra “caer" no aparece. Postrarse ante Jehová es además un mandato, lo cual indica la necesaria humillación del hombre ante la Santa Presencia de Dios, tal y como se ordena en I Crónicas 16:29 y como demuestran de forma práctica pasajes como David ante el Ángel de Jehová en I Crónicas 21:16 y Salomón y todo el pueblo en II Crónicas 7:3.

Como puede apreciarse del comentario anterior, “caer" o postrarse, en el antiguo testamento en forma de adoración es una práctica sólo con respecto a Dios, y generalmente las citas bíblicas que recogen tales sucesos enmarcan la escena con Dios mismo dentro de ella. Escenas como la de Pedro y Cornelio ya en el Nuevo Testamento (Hechos 10:25-27) nos confirman que postrarse para adorar es sólo permitido cuando el objeto de tal adoración es Dios mismo.
Hasta aquí puede observarse que los que caen postrados, en actitud de adoración, lo hacen ante la presencia misma de Dios, y el hecho de postrarse para adorar otra cosa que no sea Dios mismo es pecado, tal y como lo demuestra el mandamiento Éxodo 20:4-5.

Es de notar que en lo mostrado hasta ahora, siempre que alguien “cae" postrado para adorar, y tal acción no es reprobable, no es sino ante la presencia misma de Dios. En los casos analizados hasta ahora, la “caída" implica conciencia de lo que está sucediendo, pues no es con otro fin que adorar a Dios; de aquí se desprende que los ejemplos citados no son “caídas involuntarias" o inconscientes, sino que por el contrario, son el resultado de la necesidad de adorar a Dios.

Puede concluirse de todo lo anterior, - que estas caídas no guardan semejanza alguna con la forma en que caen muchos cristianos modernos en los servicios religiosos, pues estos últimos lo hacen en un estado inconsciente y mediante la operación de algún oficiante, quien es el que “imparte" la “fuerza" para que se produzca la caída. En los versículos analizados no existe evidencia de que alguien disponga de tal “poder" o de que Dios haya usado a alguien con el objetivo de hacer caer al suelo a alguno de sus hijos, mediante los métodos que anteriormente se dijo, son usados en las iglesias evangélicas modernas.


Un análisis crítico

Hasta ahora se han analizado las caídas donde la conciencia juega un papel fundamental, pues tienen como objetivo adorar a Dios de forma postrada. Si se cree que la Biblia es la revelación completa y suficiente de Dios al hombre, entonces debe existir un registro en ella del tipo de caídas que experimentan muchos cristianos modernos, de lo contrario, esta práctica es herética y debe ser combatida y vista como una adición a la Palabra de Dios, pues su misma existencia es una afirmación de que Dios no reveló todo en su Palabra, lo cual acarrea la más terrible maldición (Apocalipsis 22:18-20 )
Las citas escogidas para el análisis son las siguientes:

1. I Samuel 28:20. Saúl cae aterrorizado por el mensaje de la adivina.
2. Daniel 8:18. Daniel cae como dormido sobre su rostro ante la revelación de Gabriel.
3. Daniel 10:8-9. Daniel cae sin fuerzas sobre su rostro, ante el mensaje del ángel.
4. Lucas 5:8. Pedro cae ante Jesús.
5. Juan 18:7. Los que iban a prender a Jesús caen al escucharle decir “Yo soy".
6. Hechos 9:4, Hechos 22:7, Hechos 26:14. Pablo cae ante Jesús que le interroga por la persecución a los cristianos.
7. Apocalipsis 1:17. Juan cae ante la presencia de Jesús.

I Samuel 28:20. En este texto se encuentra el primer rey de Israel en su época de decadencia producto a la desobediencia a Dios. La Biblia declara que Dios se había vuelto su enemigo (I Samuel 28:16). Al escuchar el mensaje que tanto lo aterrorizó, “cayó en tierra cuán grande era". Este ejemplo no es similar a la práctica moderna, pues Saúl cae bajo maldición, sin síntomas de arrepentimiento y sin ningún oficiante que le transmita algo que le produzca la caída, a saber, cae por terror.

Daniel 8:18 y Daniel 10:8-9. Esta caída es explícitamente sobre su rostro, es decir, Daniel cae postrado, se añade la información que es dormido, pero sobre el rostro o postrado. Por esta razón esta caída tampoco califica como similar a la práctica moderna.

Lucas 5:8. Pedro cae de rodillas, al reconocer a Jesús como el Señor, y sintiéndose todo lo pecador que era. En este pasaje se describe una escena de arrepentimiento de pecado, y por tanto Pedro cae sobre sus rodillas en señal de humillación ante Jesús, no hay oficiante sino el mismo Dios hijo. Tampoco este ejemplo es similar a la práctica moderna.

Juan 18:7. En este pasaje los que van a prender a Jesús caen ante la respuesta de Jesús “Yo soy"; según se observa explícitamente, hacia atrás, según la posición que describe Juan. Este hecho es notorio, pues son las personas que iniciarán el camino del martirio del Señor. Este ejemplo no puede asemejarse a un cristiano cayendo al suelo, pues los que caen no lo son y no estaban adorando a Dios.

Hechos 9:4, Hechos 22:7, Hechos 26:14 En estos pasajes se describe a Pablo cayendo ante la presencia de Jesús, no se dice que es hacia atrás, y se deduce que no es hacia atrás, pues nadie que caiga al suelo debido al miedo o asombro cae descubierto como es la práctica de quienes caen hacia atrás en las iglesias modernas. Cuando alguien cae al suelo por miedo o estupor, lo hace intentando cubrirse el rostro, pues es un reflejo incondicionado de los seres humanos, nunca lo hace a rostro descubierto. Este ejemplo tampoco es similar a la práctica moderna.

Apocalipsis 1:17 Este pasaje describe a Juan en la isla de Patmos, en los versículos anteriores Juan dice que estaba de espaldas a Jesús y que luego se volvió, es decir, se puso frente a Él, luego cayó como muerto a sus pies. No puede decirse que cayó de espaldas sino todo lo contrario, el hecho que se aclare que cayó “a sus pies", brinda información adicional de la forma o posición en que cayó, compárese con I Samuel 25:24, II Reyes 4:37, Ester 8:3.
Para que este ejemplo fuera en algo similar a la práctica moderna, los cristianos que caen debieran caer hacia adelante, y además sería obligatorio decir que Jesús mismo se les aparece a cuantos caen en estos servicios religiosos, lo cual ya en sí mismo es un gran problema. Este ejemplo tampoco es similar a la práctica moderna.

Las “caídas hacia atrás” registradas en la biblia

Sin embargo, en la Biblia sí aparecen quienes caen hacia atrás, o de espaldas, pero siempre es síntoma de maldición. Los siguientes ejemplos confirman lo dicho:

Isaías 28:7-13. Habla del juicio a los falsos profetas: “...hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos."

1 Samuel 4:18. Se describe a Elí muriendo, cayendo hacia atrás, producto del juicio de Dios anunciado en 1 Samuel 2:34, cayendo de forma maldita y por castigo.

Los versículos anteriores demuestran una forma de caer de aquellos que están bajo la maldición del Señor. El pasaje de quienes caen hacia atrás, en Juan 18:7, cuando intentan prender al Señor también demuestra una forma de caer para quienes están bajo el juicio de Dios. Es curioso observar cómo en la Biblia nadie cae de espaldas sino cuando está bajo el juicio de Dios, sin embargo, cuando alguien cae al suelo humillado ante Dios, siempre cae sobre su rostro, en posición postrada, tal y como se ha demostrado hasta aquí, lo cual confirma Pablo en I Corintios 14:24-25 cuando dice: “Pero si todos profetizan, y entra un incrédulo, o indocto, por todos será convencido, por todos será juzgado; los secretos de su corazón quedarán al descubierto, y él se postrará y adorará a Dios, declarando que en verdad Dios está entre vosotros”.

La observación de Pablo respecto a cuando un pecador es “tocado" por el Espíritu Santo es muy clara, el ejemplo declara cómo un incrédulo puede ver la operación de Dios a través de los cristianos, lo cual traerá consigo que este se arrepienta, se postre y adore a Dios.

Además de lo expuesto, caer hacia atrás puede asociarse con descubrir la desnudez ante Dios (debido a la posición en que se cae) lo cual está prohibido explícitamente en la Palabra cuando ordena: “No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él." en Éxodo 20:26. Quien cae sobre su rostro cubre su desnudez a Dios, sin embargo, puede verse cómo el mismo Dios castiga a su pueblo infiel descubriendo su “desnudez" delante de los demás pecadores. (Ezequiel 16:37-38).

CONCLUSIONES

Si la Biblia es la regla de fe y conducta de los cristianos, si se acepta que es la revelación completa de Dios al hombre, entonces debe entenderse que las prácticas religiosas necesarias y que agradan a Dios están contenidas en las Escrituras, las que no, son sólo fuego extraño, cosas que jamás Él nos ha mandado hacer. Por el contrario, aceptar que ciertas prácticas religiosas que no aparecen en la Biblia son del agrado de Dios, es afirmar que la Biblia está incompleta y por lo tanto, de nada nos sirve tal armadura defectuosa. Una posición que no sea la de combatir las prácticas que muchos declaran “vino nuevo", como estas que se han visto hasta aquí, no es consecuente con creer que la Biblia es la única revelación de Dios al hombre, en tal caso, deberán aceptarse muchas otras “revelaciones", ya que se habrá relativizado lo único que en el mundo es absoluto: La Palabra de Dios.

¿Todo lo que dices recibes? - La verdad sobre la confesión positiva

¿Todo lo que dices recibes? - La verdad sobre la confesión positiva
por Eliana Gilmartin


Desde hace más de una década ha venido infiltrándose entre la cristiandad evangélica la teoría, tal vez muy atractiva, pero del todo no-bíblica, acerca de la importancia sobrenatural de lo que pronunciamos con nuestros labios.


El peso propio que se le concede a la palabra llega hasta los extremos de creer que si digo "me muero de la jaqueca", en efecto moriré, y por tanto, si de verdad me duele la cabeza más bien deberé decir "no me duele nada", y entonces se me pasará la dolencia como por arte de magia...
Si quiero un auto rojo, deportivo y descapotable, escribo sus características en un papel y lo pego en un lugar visible, de modo de poder repetir lo que he escrito con cierta asiduidad, a fin de que, por la fuerza que tienen mis palabras, el Señor, solícito en escucharme, no tarde en responder a todas mis peticiones.


Es verdad que las Sagradas Escrituras hablan de la importancia de algunas cosas que se confiesan con los labios. Pero, curiosamente, eso que se debe confesar es el señorío de Jesucristo, y su obra redentora en favor nuestro: Romanos 10:9, 1ª Reyes 8:35, 2ª Crónicas 6:24, Mateo 10:32, Lucas 12:8, etc., y otra clase de confesión, netamente bíblica, como es la de los pecados, para salvación: Levítico 5:5, 1ªJuan 1:9, Nehemías 9:2, Salmos 32:5, Mateo 3:6, etc.


Sin embargo, lo que realmente esta tendencia viene a tratar de imponer, es la creencia o la confianza en la palabra, como valor absoluto: esto quiere decir que lo que digo tiene poder en sí mismo, independientemente de la voluntad divina al respecto. Es más, lo que pronuncio con mis labios de alguna manera pone en funcionamiento la voluntad de Dios, llegando entonces al abismo ilógico de creer que el Señor depende de mí, y no yo de Él, como cualquier pensamiento racional haría suponer. Frente a semejante contradicción, o nos detenemos o saltamos: no hay término medio.


Esta seudo-doctrina presentada por sus defensores como un gran hallazgo de hombres de Dios iluminados por una nueva revelación, no es por cierto nada nuevo. Al fin, deberíamos creer que no hay nada nuevo debajo del sol...


En efecto, está tomada de cosmovisiones tan antiguas como el hombre mismo: el valor mágico de las palabras proviene de creencias esotéricas, orientales, más cercanas a brujos y chamanes que a ideales bíblicos. Y más cercano en el tiempo, vuelve a ser considerada y adoptada por la Nueva Era que, como todos sabemos, no es una religión o una secta, sino una corriente de pensamiento que invade e infiltra todos los estratos sociales, todos los niveles culturales, todas las disciplinas. La Nueva Era aconseja: acéptate y sé feliz. Y si hay algo que te "desarmoniza", desconócelo y repite que todo está bien, hasta que realmente creas que está bien...


Sucede que, aunque no podamos encontrar nada semejante en la Biblia, esto funciona: acaricia la carne, alimenta el ego, nos convence de que somos los mejores y de que nada puede pararnos...¿O no somos hijos del Poderoso? Mientras tanto, la cruz, el negarse a sí mismos, el ver nuestras justicias como trapo de inmundicia, el ser barro en manos de un alfarero...todo esto, y mucho más, queda arrumbado en el último rincón del desván de nuestra alma...¿Quién quiere ser un perdedor?


La confesión positiva nos anima a desconocer cualquier cosa que no nos agrade o que nos duela: si estoy en la ruina, no debo decirlo, porque mi Dios es el dueño de todas las riquezas. Si estoy enfermo, tampoco debo decirlo, porque por sus llagas fuimos nosotros curados... En cambio, sólo debo pronunciar lo que quiero en mi corazón, y sólo porque lo diga, entonces se cumplirá. Así y todo, tampoco debo suplicar o pedir por favor: únicamente ordenar, y entonces todas las huestes angélicas se pondrán en movimiento sólo por el poder de mis palabras...


En la misma vía de razonamiento, tampoco habrá que temer nada, por aquello de que "...el temor que me espantaba me ha venido y me ha acontecido lo que yo temía." (Job 3:25) Los que así creen no advierten que esta no es la verdadera interpretación de este pasaje. La declaración de Job no hace referencia a una cuestión de causa-efecto: porque lo temí, entonces me sobrevino. Solamente es una afirmación, carente de toda otra segunda acepción: le sobrevino, lo que temía. El por qué es algo sobre lo que Job no se expide.


Así las cosas, el cristiano se ve de golpe convertido en un superhombre, que de tener fe, todo lo puede: ¿Podrá también torcer la voluntad de Dios?


Esta nueva ola de interpretación, entonces, vulnera por lo menos dos nociones fundamentales en el ideario cristiano: la fe y la soberanía de Dios.


En cuanto a la fe, puntualizaremos algunas cuestiones acerca de sus características fundamentales. El libro de Romanos es verdaderamente una enciclopedia de la fe. En él se nos aclara que la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Romanos 10:17). Para empezar, entonces, podemos afirmar que la fe no es un disparo al aire, sino que responde a una palabra de Dios. Se debe tener fe en lo que Dios nos dice, jamás sólo en lo que se nos ocurre. Puedo decirle a ese monte que se eche en el mar, pero si Dios no me ha dicho que lo haría, en vano hablaré, gritaré o proclamaré...Puedo declarar con mis labios que algún paralítico ande, pero si no lo ha determinado así el Señor, solamente conseguiré destruir una vida...


Revisemos la vida del padre de la fe, Abraham: cuando el todavía Abram sale de su tierra. ¿Lo hace sólo porque se le antoja? Mas bien fue por fe, pero su fe estaba fundamentada en lo que Dios le había hablado. Era tal vez una locura, era casi algo irracional, pero Dios lo había dicho. Y sobre eso ejercía fe.(Génesis 12 y sgtes.)


Cuando Noé sube al arca, y antes, cuando la construye (Génesis 6 y sgtes.) ¿No estaba respondiendo a una palabra de Dios?


¿Qué decir de Moisés, Gedeón, Sansón, David y otros grandes héroes que engalanan la galería de Hebreos 11?


No es mi fe la que pone en movimiento la maquinaria divina, sino a la inversa: la palabra de Dios, emitida de acuerdo con su soberana voluntad, pone en funcionamiento la fe, la cual es también un don de Dios. (Efesios 2:8, 1ª Corintios 12:9)


Si el Señor, pues, te dice que te dará un auto rojo deportivo y descapotable, ten fe, aunque parezca una locura...Si, por el contrario, El nada te ha dicho, quizás la locura sea pretender obtenerlo.


De la mano de una fe bien entendida, camina la soberanía de Dios. Ella implica que Dios, y sólo El, es absoluto, dueño de todo. El motor inmóvil de la filosofía, la causa eficiente, el acto puro. Todo es por El y para El, y nada sucede si el Señor no lo ha previsto. El es, efectivamente, el Señor, amo absoluto, no un vasallo de los caprichos, necesidades u ocurrencias humanas. El hace el día bueno y el malo, El nos da bonanza o nos somete a la adversidad, El nos enriquece o nos empobrece, nos lleva o nos trae, nos pone o nos saca, nos da o nos quita...¿Quién se atreverá a decirle qué haces?


Leamos atentamente algunos textos: Eclesiastés 7:14, Isaías 45: 9-9-12, Deuteronomio 4:39, 1ª Crónicas 29:12, Job 9:12, Salmos 29:10, 135:6, Daniel 4:35, 2º Reyes 19:28, Romanos 9:19, etc.


En todos ellos, y en muchos otros que podríamos citar, se aclara meridianamente que por sobre lo que creemos, o pretendemos creer, está Dios, sentado en su trono, decidiendo lo que es bueno o no para sus hijos.


Los cristianos no somos, ni fuimos llamados a ser, super-héroes. Por la cruz fuimos salvados, y con ella misma en los hombros debemos caminar por donde anduvo el Señor...


¿Desear cosas? ¿Anhelar cosas? ¿Esperar cosas? ¿Orar por ellas? Esta muy bien, ¿A quién otro podríamos recurrir? Pero nunca creer que nuestra palabra o nuestro poder puede realmente traer a la realidad lo que deseamos, como, pasmosamente, se nos enseña en La cuarta dimensión, de Yonggi Cho.


Podemos proclamar lo que deseamos, pero sólo como una manera de alimentar nuestra fe, nunca con la ilusión oculta de que nuestras órdenes sean justamente eso para Dios.


La única confesión verdaderamente positiva que conozco es aquella de reconocimiento a Dios por sobre todas las cosas: El lo es todo, en todo. Si vivimos de acuerdo con esta premisa puede ser que todo en nuestra vida cambie. Ya no seremos los nuevos adalides contemporáneos, pero estaremos más cerca del Siervo, el que descendió a la condición humana, el que lavó los pies de sus discípulos, el que fue a la cruz para rescatarnos...


Porque, debemos comprenderlo, Dios no comparte su gloria con nadie

Fuente: .Bautistas Venezolanos Presentes,

Rendición de Amor


Un episodio muy conocido en la vida de Jesús es la resurrección de Lázaro. Sin embargo, como ocurre con la mayoría de los pasajes conocidos, a veces pasamos por ellos a vuelo de pájaro y no nos detenemos a descubrir los tesoros que encierra. Así que fue una sorpresa para mí lo gran edificada que fui ante el estudio de un hombre de Dios de apenas un versículo de este texto.
El capítulo empieza narrando que Lázaro se hallaba enfermo, el cual vivía en Betania con sus hermanas Marta y María (Juan 11:1-2). Se nos dice que ellas enviaron esta noticia a Jesús, y se incluye el contenido el mensaje:
“Señor, mira, el que tú amas está enfermo” (Juan 11:3).
Como dice D. A. Carson, las palabras de este versículo encierran una amistad que apenas es explorada en el evangelio y sugiere que ellos —Marta, María y Lázaro— se sentían particularmente amados por el Señor[1].
John MacArthur hace una magistral exposición de este versículo y señala algunos puntos importantes[2]:
  1. Es digno de imitar el hecho de que cuando vino la enfermedad, una enfermedad seria, ellas pensaron en Jesús en primer lugar.
    Él sanaba a multitudes, sanaba a extraños, seguramente Él podría hacer algo por ellos, sus amigos cercanos a quienes amaba. Si Él se enteraba de lo que estaba ocurriendo, sin duda vendría en su ayuda.
  2. Sólo le informan a Jesús del problema, no le pidieron que hiciera nada específico.
    Es un mensaje tierno, humilde y hermoso. No le dicen a Jesús lo que tiene que hacer, ni siquiera mencionan el nombre de Lázaro. Contiene una hermosa humildad. No hay instrucciones en el mensaje. ¿Eres así? ¿Cómo le hablas a Dios? Le dices: “Verás, Dios, si Tú sólo hicieras ésto y después hicieras que él hiciera ésto, entonces…”. No necesitas hacer eso. En lugar, dile: “Señor, aquí está mi necesidad”. Entrégasela a Él. Es todo lo que se requiere. No tienes que decir “Aquí está mi necesidad, ahora busquemos juntos una solución”. No. María y Marta no hicieron eso, sólo le dijeron: “Esta es nuestra necesidad, Señor”. La voy a dejar contigo. Eso es todo. Eso es lo que se llama una rendición de amor.
  3. Ellas apelaron al amor de Cristo por ellos y no al amor de ellos hacia Él.
    Si Cristo operara en mi vida en base a mi amor por Él, estuviera en una terrible posición porque mi amor por Él es inconsistente, terrenal, a menudo centrado en mí mismo e incluso muchas veces ni siquiera está presente. Pero no, Jesús opera a tu favor porque Él te ama ¿No es eso maravilloso? Y eso significa que no importa cuáles sean mis problemas, no importa qué tan involucrada esté en algo fuera de Su voluntad, eso no cambia su actuar en mi vida porque Él no actúa en base a mi amor por Él. Cristo opera en base a Su amor por mí y no importa lo que yo sea, Él me ama ¡Qué pensamiento tan emocionante! Él realmente me ama. Me ama tanto que me da lo que no merezco. Me ama tanto que a Él le importa aun cuando a mí no me importa. Me ama tanto que me castiga, y para castigar tienes que amar a la persona. Me ama tanto que me bendice cuando no merezco una bendición. Él simplemente ama y ama y ama y ama. Escucha: Si Dios actuara en base a nuestro amor por Él seríamos impotentes, débiles, sin bendición y sin recursos; seríamos frágiles porque así es nuestro amor. Pero ¡Gloria a Dios! Él opera en base a Su amor por nosotros. Eso es una verdad tremenda.
  4. Jesús, como hombre, sentía la necesidad de tener personas en su vida a quienes amar.
    La palabra que se usa para “amas” es phileo, amor fraternal. Cristo, como hombre, necesitaba amar y ser amado. Eso significa que Él también entiende nuestra necesidad de ésto. Así que cuando te sientas solo y sientas esa necesidad, díselo y espera en Él. Él sabe que lo necesitamos.
Salvador, ayúdanos a seguir el ejemplo de Marta y de María: A pensar primero en Ti cuando tengamos una necesidad, a dejar el problema a tus pies y no indicarte qué tienes que hacer porque Tú lo sabes mejor y nosotros no sabemos nada; llévanos a apelar a tu amor por nosotros y no a nuestro amor por Ti, el cual es inconstante y débil; a recordar que Tú fuiste hombre y entiendes nuestra necesidad de amar y ser amados. Nos refugiamos en Ti Señor, protégenos porque en Ti hemos confiado. Aumenta nuestra fe. Amén.

Fuente: Transtornando al Mundo

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Atando y Desatando Qué......?


Por Pablo Santomauro 

Hoy en día es muy común el escuchar en las iglesias oraciones "atando y desatando" enfermedades, pobreza, demonios y hasta el diablo mismo. Para apoyar esta práctica se usan pasajes como el siguiente:

De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Mat.18:18.

Esta declaración del Señor fue dada en un contexto de disciplina dentro de la Iglesia. Las palabras "atar" y "desatar" eran populares entre los rabinos de la época y equivalían a "prohibir" y "permitir". En Mateo 18 equivalen a "disciplinar" y "restaurar".
Aquel miembro de la iglesia que persiste en pecar debe ser separado (atado) de la congregación (1 Cor.5: 5), para luego en amor ser conducido al arrepentimiento y por consiguiente ser restaurado o "desatado" (Gál. 6:1). Como vemos, las enfermedades, la pobreza y los demonios son totalmente ajenos al contexto.

Otro pasaje que se usa es Mateo 12:29, donde Jesús dice:
Porque, ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa.

Esta declaración de Cristo es parte de una ilustración usada para refutar la acusación de los fariseos de que él expulsaba demonios en alianza con Satanás. Jesús expresa en contexto que él es más poderoso que Satán, y establece que sus exorcismos son hechos en el poder de Dios. Sería equivocado concluir desde este pasaje que Cristo estaba estableciendo un patrón universal para ser seguido por los creyentes.

Nosotros alentamos a los cristianos a que se aparten del malentendido tan serio de Mt.18:18 y
12:29 por las siguientes razones:

1) No es bíblico. La Escritura no enseña que "atar y desatar" es el método para resistir al diablo y sus huestes, sino la comunión con Dios a través de la oración, la lectura de la Palabra y una vida de obediencia.

2) La atención del cristiano se centra en el diablo en vez de Jesucristo. Esto reduce la eficacia del creyente en la tarea del Reino.

3) En el terreno práctico no da resultados, como la experiencia lo indica. Alguien dijo una vez:
"Si en realidad ataron al diablo, debe haber sido con una cadena muy larga". Y en verdad la experiencia indica que aquellas personas que son supuestamente liberadas, deben ser liberadas muy seguidas, ya que incurren en las mismas faltas una y otra vez.

4) En cuanto a pobreza o enfermedad, la Biblia trae principios que pueden gravitar en nuestro bienestar físico y material, pero en última instancia es la soberanía de Dios la que determina nuestra condición. Nosotros no controlamos esos aspectos.

La Escritura enseña que es Dios el que controla y limita los movimientos del diablo y sus huestes; también es él quien guarda a los creyentes del mal (Job 1:12; 2:6; Luc. 22:31,32; 2
Tes. 3:3; 1 Juan 5:18). Ciertamente llegará el tiempo en que Jesús mismo "atará" al diablo por
1000 años (Ap. 20:1-3); luego del milenio Satanás y sus huestes serán lanzados en el lago de fuego (Ap. 20:10). Jesucristo no necesita la asistencia del ser humano en esta área (ni ninguna otra).

Entre tanto, el antídoto para combatir al diablo no es “atar”, sino "resistir firmes en la fe" (1
Pe.5:9). Santiago 4:7 lo expresa claramente: "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros."



Fuente:   Bautistas Venezolanos Presentes

martes, 14 de febrero de 2012

Conoce al Enemigo


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Por Tim Challies


Durante miles de años los soldados han sabido que para derrotar a tu enemigo tienes que conocer a tu enemigo. Si usted entra en una ciega batalla, sin conocimiento del ejército en contra de usted, usted puede esperar ser derrotado. Sin embargo, entre mejor conoces a tu enemigo-la forma en que se mueve, la forma en que ataca, el tipo de armamento que utiliza, más usted puede estar preparado para derrotarlo.
En Efesios 6, mientras Pablo se acerca a la clausura de esta carta, comienza a hablar de la guerra espiritual y retrata la vida cristiana como un campo de batalla. Cuando él hace eso, él introduce el enemigo de los cristianos y nos dice cinco cosas acerca de él.

El líder enemigo es Satanás
El enemigo está dirigido por Satanás. Pablo nos dice que tenemos que “ponernos toda la armadura de Dios, para poder ser capaz de hacer frente a las asechanzas del diablo.” Lo primero que hace es nombrar al general enemigo o al rey enemigo. Este ejército está dirigido por Satanás. Desde que cayó en pecado, Satanás ha sido el enemigo de Dios y del pueblo de Dios. Él no es el único enemigo, sino el gran enemigo, el líder de todos los demás.
Satanás diferente de Dios en que él no es omnipresente –él no está presente en todas partes. Él es un ser creado que puede estar en un solo lugar al mismo tiempo, pero al igual que cualquier general, tiene muchos capitanes y soldados que hacen su trabajo por él. Así que luchamos contra Satanás en la forma en que los soldados aliados en la Segunda Guerra Mundial lucharon contra Hitler: No directamente, sino luchando en contra de sus soldados de infantería. Pero al mismo tiempo, sabemos que en realidad es Satanás quien está detrás de las fuerzas enemigas y que él es el enemigo definitivo.
El enemigo es espiritual
El enemigo es espiritual. Pablo dice “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra huestes espirituales de maldad.” Esto nos dice que nuestro enemigo es un enemigo espiritual. Si vamos a luchar contra un enemigo espiritual, es lógico pensar que necesitamos una armadura espiritual. Pablo continua diciendo, por supuesto, que el Señor nos proporciona exactamente la armadura que necesitamos. Esto también significa que nuestra lucha no es contra otras personas no-ante todo-, sino contra fuerzas espirituales. Sus vecinos incrédulos no son su enemigo, sino que es una persona creada a imagen de Dios que ha sido tomado prisionera por el enemigo y está en extrema necesidad de salvación. Pero la batalla no es con él, la batalla es espiritual contra las fuerzas espirituales.
El enemigo tiene muchos aliados
clip_image004El enemigo tiene muchos aliados. Una vez más, Pablo dice que nuestra lucha es “contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Hay algunos cristianos que miran esta lista y tratan de sugerir lo que significa cada uno de ellos –como los gobernantes son los demonios que gobiernan sobre una zona del país y los poderes cósmicos gobiernan un área más pequeña, y así sucesivamente. Pero eso no es lo que Pablo está tratando aquí. Lo que está diciendo es que Satanás no es el único, sino que tiene un gran ejército con él. Estos seres, cualesquiera que sean, varían en su rango, poder, autoridad y capacidad. Sólo tenemos que saber que el enemigo está allí, que es espiritual, son muchos, y van por nosotros. Satanás lucha su batalla a través de un gran número de capitanes y soldados de infantería.
El enemigo usa muchas tácticas
El enemigo usa muchas tácticas. Pablo dice que tenemos que estar firmes contra las asechanzas del diablo. ¿Conoce a alguien que sea un estafador? Se trata de una persona que retuerce las manos y que trama y planea. Él es una persona astuta que le gusta planificar la forma de encontrar la debilidad de otra persona y explotarla.
Satanás es un estafador. Él usará cualquier táctica, cualquier estrategia. Tiene espías que se estudian y buscar sus debilidades y explotan cualquier debilidad que encuentre. Él intentará todo lo que vea que pueda funcionar bien y que no. El puede usar la tentación como lo hizo con Jesús. El puede usar la falsa doctrina, tratando de llegar a negar lo que es verdad o tratando de que usted llegue a creer y enseñar el error. El puede usar la división, haciendo lo que puede hacer entre usted y los demás cristianos, dándole razones para darle la espalda a los demás cristianos. Sea lo que sea, él va a hacer todo lo posible y siempre estará conspirando contra usted.
El enemigo buscará destruirte
El enemigo buscará destruirte. Satanás planea en su contra y alista a sus aliados en contra de usted con el fin de destruirlo. Pablo usa esta palabra “lucha” para describir el tipo de batalla con el que estamos comprometidos aquí. Este es un combate mano-a-mano. Estamos cara a cara con el enemigo y luchando contra él. El enemigo esta buscando destruirte. Sabemos que en Cristo estamos seguros, también sabemos que este enemigo está apuntando a lo sumo, haciendo todo lo posible para destruirnos por completo.
Ese es el enemigo contra el que estamos luchando contra aquí. Es bueno conocer a tu enemigo para que puedas conocer sus tácticas y estar preparado para derrotar a sus tácticas. Pero permítanme ofrecerle una advertencia. Mientras que usted necesita saber quién es su enemigo y mientras que usted quiere saber cómo actúa, es necesario tener cuidado de no obsesionarse con él. Hay demasiados cristianos que pasan demasiado tiempo pensando acerca de Satanás y estudiando las formas en que actúa. Cuando haces eso, te pones en territorio peligroso. Este enemigo es tan malo que si lo estudiamos muy de cerca, podemos llegar a ser como él. Se nos dice que pensemos en lo que es bueno y verdadero, puro y santo y precioso. Conoce a tu enemigo, pero conoce a tu Salvador mucho mejor. ¡Por cada mirada a Satanás, mire diez veces a Cristo!
Así que ese es el enemigo –tu enemigo. Satanás es el enemigo final, es un enemigo espiritual y él ha conseguido todo tipo de aliados espirituales. Todos estos seres están para destruir y tienen muchas formas y maneras de hacer precisamente eso. Usted y yo estamos en el centro de esta gran batalla, cósmica. Y las batallas son a menudo cosas simples, como no provocar ira a tu hijo, incluso cuando se es desobediente o elegir usted va ó no a mostrar amor a su esposa al hacer la cama. Se trata de cosas sencillas, como decidir si usted va ó no a leer la Biblia hoy en día o se presentará a la iglesia el domingo. Cada una de ellas es un pequeño conflicto en una guerra mucho más grande.

Fuente: ElEvangeliodeJesucristo

sábado, 11 de febrero de 2012

ENSANCHA TU CORAZÓN!



Que dolor cuando la vida pasa sin sentido, cuando tantas cosas malas y vacías suceden a nuestro alrededor, cuando sentimos en nuestras fuerza que no damos más, cuando de tanto quejarnos hasta los huesos se nos encojen, nos quejamos tanto, que hasta  nos quejamos de nuestra relación con el Señor, siento en mi corazón que por eso, El nos dijo:
Proverbios 4:23
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
saben por qué? Porque cuando hemos dejado secar el corazón por el dolor generado por seres humanos (llámense pastores, iglesias, esposos, hijos, familia, etc, etc,…) nos empezamos a sentir vacíos, secos como que oramos pero porque como que toca, leemos la palabra por costumbre, y empezamos a andar por el camino así como así, de pronto sin sueños, sin esperanzas, sin ilusiones, solo transitamos por la vida ahí. Hay alguien o algo que valga más que nosotros mismos o que el Señor, el dijo


Jeremías 17:5

5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.

Porque creer y regalar lo mas preciado (la comunión con nuestro amado) a alguien o algo que no está, o no estuvo interesado(a) en nosotros y mucho menos en cumplir la palabra de nuestro Señor? A veces nos quedamos enredados en sentimientos que nos atan y en vez de ayudarnos, lo que hacemos es que nos trancamos y peor aún nos secamos, si nosotros somos los pámpanos y el Señor es la vid, que podemos hacer lejos de Él? El quería que le amaramos en espíritu y en verdad.

Deuteronomio 30:10
cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
tú que crees que sucede cuando lo amamos con pasión? Se imaginan lo que Él hará por los que le aman con pasión, con ansia con sed de Él? Pídele al Espíritu Santo que te avive, que avive el don del amor, el don de la fe, eso es ensanchar el corazón porque igual o mejor cuando estas enamorado siempre sientes que tienes el mundo en tus manos, tu sabes que se siente cuando la pasión y la entrega es hacia el Señor? Que cosa el no haría, que cosa El no nos daría, Él también nos ama con pasión, eso es ensanchar tu corazón porque siendo la esposa del amado, te sientes con autoridad para tomar lo que es tuyo y desalojar lo que no pertenece, así tienes el consentimiento de llamar las cosas que no son como si fuesen y empiezas en tu corazón a ensanchar tus estacas, porque no miras las condiciones con tus ojos naturales, miras las cosas con tus ojos espirituales.

Sólo ensanchando el corazón con pasión, amor ensanchamos las estacas y obtenemos lo que necesitamos o deseamos (no se entienda esto como amor interesado, sonaría terrible, amalo con todo tu corazón) el cuida de ti, de mi y de nosotros. Él dijo Claman los justos, y Jehová oye, Y nos libra de todas nuestras angustias, nos salva, Serán luego vueltos atrás nuestros enemigos, Él nos favorecerá, nos llevará a la roca mas alta que nosotros, Porque él librará al menesteroso que clamare, Y al afligido que no tuviere quien le socorra.

Pídele al Espíritu Santo que avive tu espíritu, que te avive el don de la fe y el don del amor, Ensancha tu corazón, ensancha tus estacas, no confíes en la fuerza del caballo sólo en Jehová tu Dios y como Jacob le respondió al Señor en una ocasión: “No te dejaré, si no me bendices”.
Deseo de todo corazón que tengas tu Peniel, que tengas un cara a cara con nuestro Señor, y que sea librada tu alma.

Melba 

lunes, 6 de febrero de 2012

El Transmisor de Dios



Por: Deivy Sánchez
Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él.
2da Crónicas 16:9.
La tecnología ha permitido un gran avance en la facilidad de comunicación del hombre ya sea esta, en tiempo y distancia sin importar la condición la misma puede ser instantánea. Los transmisores son equipos utilizados por empresas, equipos de orden y hasta para los mismos soldados, la diferencia es que cada uno de estos grupos para comunicarse sincroniza una señal y así evitan distractores que entorpezcan su misión, propósito o necesidad de ser.
Lo mismo sucede en el evangelio de Jesucristo, los ojos de Jehová contemplan toda la tierra como Señal que busca receptores en Espíritu y en Verdad para proclamar su mensaje, que la sincronización o frecuencia no sea estorbada por ninguna Señal distractora que el mundo ofrece, mientras mas conectados estemos del transmisor de Dios menos interrupciones tendremos en nuestra relación personal con El. Que seamos integro en lo intimo porque sabemos que la Señal de Dios no tiene limite de alcance y es reconocible, pero se puede perder si asi lo decidimos.

Los receptores de Dios son aquellos que siempre están dispuestos a captar la cobertura de Dios, entregando todo su corazón para ejercer el mensaje recibido.
No perdamos la comunicacion que viene de Dios, y si sincronizamos señal contraria pues tengamos la voluntad de decidir que ninguna señal de transmisión puede distraerme de la Divina, pues mi continua fidelidad a Su señal fortelecera nuestra comunicación.
Oración: Dios mio te doy gracias por que tu siempre escucha cuando clamo, y lo sé porque yo escucho cuanto anhelas estar conmigo cada dia, hoy decido cortar toda frecuencia que ha interferido en mi relación personal contigo, aceptando el reto de transmitir en todo lugar lo que me dices y mandas por medio de tu palabra, en el nombre de Jesús, Amen.

Reflexión inspirada de predica del Pastor Milton.
Dios te bendice!

miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Podría Jesús Haber Pecado?

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RC Sproul


Los mejores teólogos del pasado y presente, se han dividido sobre la cuestión de si Jesús pudo haber pecado. Yo creo que puesto que Jesús era totalmente humano, le fue posible pecar. Obviamente, la naturaleza divina no puede pecar. Pero si la naturaleza divina de Cristo le impidió pecar, ¿en qué sentido es que obedeció la ley de Dios como el segundo Adán? En su nacimiento, la naturaleza humana de Jesús era exactamente lo mismo que Adán antes de la caída, con respecto a su capacidad moral. Jesús tenía lo que San Agustín llama la peccare Posse y el peccare posse non, es decir, la capacidad de pecar y la posibilidad de no volver a pecar. Adán pecó, Jesús no lo hizo. Satanás hizo todo lo posible para corromper a Jesús y le tentó a pecar. Eso habría sido un ejercicio inútil si hubiera estado tratando de tentar a una persona divina a pecar. Satanás no estaba tratando de hacer pecar a Dios. Él estaba tratando que la naturaleza humana de Cristo pecara, por lo que no estaría calificado para ser el Salvador.

Al mismo tiempo, Cristo fue santificado y ministra de manera única do por el Espíritu Santo. Para poder pecar, una persona debe tener un deseo de pecar. Pero la naturaleza humana de Jesús durante toda su vida estuvo marcada por un celo por la justicia. “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió” (Juan 4:34), dijo. Mientras Jesús no tenía ningún deseo de pecar, no habría pecado. I Puede que me equivoque, pero creo que es erróneo creer que la naturaleza divina de Cristo hizo imposible que su naturaleza humana pecara. Si ese fuera el caso, la tentación, las pruebas, y el asumir su responsabilidad del primer Adán habrían sido farsas. Esta posición protege la integridad de la autenticidad de la naturaleza humana, porque era la naturaleza humana la que llevaba a cabo la misión del segundo Adán por nosotros. Fue la naturaleza humana enorme y extraordinariamente ungida por el Espíritu Santo. 

Fuente: El EvangelioSegúnJesucristo