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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

jueves, 28 de octubre de 2010

BREVE RECORRIDO POR EL TABERNÁCULO: El llamado Sacerdotal y sus Vestiduras


Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1Pedro 2:5

Dios mismo nos constituyó reyes y sacerdotes para la gloria de Dios el Padre (Éxodo 19:5-7, Apocalipsis 1:6). El Sacerdocio Santo no nace en el pensamiento de un hombre, sino que viene del cielo, porque allá el sumo sacerdote santo y eterno.
Así como Dios le dio el modelo del tabernáculo a Moisés (hebreos 8:5), somos piedras vivas al igual que Cristo que nos dio vida, al aceptar el llamado también aceptamos este mandato: sed santificados, es decir que alguien se va encargar de santificarnos.
Somos tan dependiente de Dios porque el mismo sacerdocio es un don, (Números 18:7), el sacerdocio es un pacto, (Números 25:10-13), a partir de aquí somos llamados a mayor consagración a mayor santidad.

Este llamado sacerdotal también incluyo un llamado a sacerdotes para que ministraran al Señor por ellos mismos y por otros dentro del tabernáculo con funciones e instrucciones especificas del Señor (Números 4 y 18:1-6), para esta función santa solo la tribu de Levi podía ejercer el servicio a Dios en el Tabernáculo, si otra persona fuera del pacto se atrevía a venir por si mismo entonces moría ante la presencia del Señor.

Los sacerdotes eran quienes ministraban en el atrio y lugar santo y el sumo sacerdote ministraba en el lugar Santísimo una vez al año.
El sacerdote era bañado por completo (éxodo 29:4) al consagrase para el llamado y luego cada vez que entrara a ministrar al tabernáculo este tenía que lavarse las manos y los pies en la fuente del lavacro, tipificando con esto la restauración diaria en nuestras vidas para el servicio a Dios.

El Sacerdocio Santo trae consigo el levantar altar para la comunión con Dios y es por esto que desde los tiempos de los patriarcas se conocen dos tipos de altares uno es el Ariet: que quiere decir hogar levantado de la ofrenda caracterizado por ser un lugar fijo donde se podía volver a adorar al Señor. El otro altar es el Mizbeath: que quiere decir lugar de la ofrenda levantada caracterizado por ser un altar circunstancial y que solo se utilizaba por razones especiales.
Para el pueblo un altar significaba más que un lugar de sacrificio más bien un lugar de cercanía a Dios.

Al igual que estos altares las vestiduras sacerdotales tenían su significado o razón de ser.
Cuando vemos éxodo 28, nos encontramos con el mandato de Dios a Moisés donde describe el diseño exclusivo en hermosura en las vestimentas sacerdotales para Aarón y sus hijos.

Aarón llevaba vestiduras distintas a las de los demás, porque era el máximo representante de los hijos de Israel y porque además su función representaba mayor responsabilidad como sumo sacerdote lo cual tipifica a Cristo.

Los materiales utilizados fueron según el V5: Oro, Azul, Púrpura, Carmesí y Lino torcido además de piedras preciosas (Levítico 8:7-9). Estos materiales eran considerados como muy finos y obra primorosa.
Los colores representan: Azul: Divinidad, Púrpura: Rey, Carmesí: Salvación, Lino Torcido: Pureza, Oro: Realeza. Y en el mismo orden estaba el resto de la vestimenta sacerdotal:

Los calzoncillos. (Éxodo 28:42-43). Su material permitía que el sacerdote no sudara al ministrar y a la vez servía para cubrir la desnudez. (Ezequiel 44:17-18).

La Tiara. (Efesios 4:23; Mateo 22:37). Esta vestimenta cubría la cabeza del sacerdote hablándonos de la santidad de nuestros pensamientos. La Túnica Bordada. (Éxodo 28:1-4), era un traje interior a modo de camisa, eran largas y amplias, era de una sola pieza y debía cubrir al sacerdote hasta los pies. La palabra “Túnica” es la misma usada en Génesis 3:21.
El Cinto de la Túnica. Se aplica al cinturón ceremonial, era símbolo de la verdad (Efesios 6:14), por ser muy ancho controlaba los movimientos del sacerdote. Además representa el servicio a los demás (Juan 13:4-5), la fuerza, la justicia y la servidumbre de Cristo (Isaías 11:5).

El manto, significa: autoridad, potestad y reino. Aquí el énfasis no es en el material (ni se menciona) sino en los colores y en la forma. El hecho de ser manto representa un puesto o posición. Los mantos eran usados por reyes, jueces, sacerdotes, ect. El azul representa el carácter celestial de Jesús (Lc.10: 9 y 11:20). A su vez en los bordes de abajo tenia las campanillas de oro que hablan de adoración y glorificación, están acompañadas de las granadas un tipo de fructificación. (Hebreos. 13:15), Era de una sola pieza, sin costura, sin principio, ni fin, es decir, que sería sacerdote para siempre (Salmos. 110:4).
Las campanillas nos hablan por ser de oro, de adoración y glorificación, nos hablan de nuestro testimonio. Las granadas nos hablan de fructificación.
La granada tiene en su interior muchas semillas cubiertas y unidas por una membrana rojiza, de la misma forma, la iglesia de Jesucristo, es una sola pieza en la que todos somos lavados y cubiertos por la sangre de Cristo.
Entre cada granada había una campanilla, que eran placas que al chocar entre sí, emitían un sonido como las campanas que conocemos. Las granadas nos hablan de fruto y las campanas de testimonio.
El Efod (Éxodo 28:6-14 y 39:3), es la vestidura sagrada más antigua que se conoce en el mundo hebreo que a su vez era una especia de delantal o chaleco.
El Cinto del Efod (Éxodo 28:8), forma parte del Efod, servía para unirlo al sacerdote justo con el pectoral, el urim y el tunim, y las piedras en los engastes, haciendo unidad con el sacerdote.

El Pectoral (Éxodo 28:15-30), simboliza al sacerdote como proclamador de la voluntad de Dios al hombre. Era una bolsa cuadrada, con anillos de oro en las 4 esquinas. Contenía el Urim y el Tumin. Tenía 12 piedras preciosas grabadas con los nombres de las 12 tribus. El pectoral habla de sabiduría y amor, y estaba sobre el corazón del sumo sacerdote.
La Mitra (Éxodo 28:4; 36-39), era una especie de turbante que se enrollaba alrededor de la cabeza. Era de lino y representaba, igual que la tiara, la santidad de los pensamientos del sacerdote. Tenía sobre si la lámina de la Diadema Santa.
La Diadema Santa (Éxodo 28:36-38), tenía la inscripción “Santidad a Jehová”, la lámina junto a la diadema que la sostenía se le llamaba: “La Diadema Santa”. Debía estar continuamente en la frente del sacerdote.


Todos tenemos un llamado y al nosotros aceptarlo reconocemos la función de ese llamado a la manera del que nos llamo. Hoy día por gracia hemos recibido la oportunidad de asumir la responsabilidad de ministrar en el lugar santísimo gracias al sacrificio de Cristo Jesús y por ende ser llenos de la santidad y gracia del Señor cada vez más que nos acercamos.
Dios escogió a Aarón y no Aarón así mismo, esto nos ensena que solo a la manera de Dios el hombre puede ministrar su palabra ya que Dios siempre respaldara el llamado que haga y no a la manera del hombre aun sean buenas sus intensiones en su corazón.
El sacerdote utilizaba vestiduras que le identificaba delante del pueblo como una autoridad respetada, era una vestidura especial que venía del diseño de Dios. Es tremendo pero al igual que el manto que solo se podía poner desde arriba hacia abajo, esta forma es la manera en como Dios quiere que seamos revestidos por él al aceptar el llamado sacerdotal que nos hace.
En el tabernáculo estaba el atrio y el lugar santo, los sacerdotes ministraban hasta aquí. El sumo sacerdote tenía entrada a todo lugar pero ministraba además en el lugar santísimo, eran quien tenía la cercanía máxima con el señor. Dios nos quiere dentro del llamado sacerdotal pero a su vez no nos quiere solamente en el servicio sino que a su vez podamos acercarnos más a Él con experiencias nuevas siendo llenos y edificados cada instante en nuestra devoción. Podemos rendir esta devoción sacerdotal en nuestros hogares, vecindario, lugar de trabajo, en la iglesia o universidad y no nos conformemos con el servicio tan solo en el atrio o lugar santo porque te aseguro que el pueblo notara que tenemos un vestido con una marca espiritual que no es de este mundo, siempre habrá más oportunidad de acercarnos más el Señor.
Hoy la vestidura que recibimos es la Gracia del Señor y mientras mayor sea nuestra intimidad con El mayor será su gracia y santidad en nosotros.

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