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Si estos pensamientos y estas palabras son oportunas, reflexione sobre ellas y, con la ayuda del Espíritu Santo, actúe con conciencia. Creo de todo corazón que son el mapa de carreteras digno de confianza para llegar a su vida y su familia.

viernes, 15 de octubre de 2010

AHORA QUE SE HABLA TANTO DE LA INFIDELIDAD DEL MINERO INFIEL (ADULTERIO) LO QUE DICE LA BIBLIA

LA INFIDELIDAD CONYUGAL (ADULTERIO): LO QUE DICE LA BIBLIA

Muchas matrimonios se rompen por diferentes motivos, pero el más grave de todos es el pecado de adulterio, un pecado que deja heridas sin cicatrizar de por vida, tanto en los esposos como en los hijos.

El adulterio se produce cuando la persona que lo comete deja que los deseos impuros lo dominen, cuando se olvida de su pacto matrimonial de fidelidad para satisfacer un deseo meramente carnal con una atractiva mujer (u hombre) que lo sedujo o que él “conquistó” con engaños. El ejemplo de José y la mujer de “Putifar” debe servirnos de lección para salir corriendo, aunque sea sin mucha tela, ante la seducción satánica.

Muchos hombres (…y mujeres) han quedado atrapados por el adulterio, que incluso han llegado a procrear  hijos de esa relación ilegal; hijos que crecerán sin la figura paterna, y que sufrirán traumas y que podrán presentar comportamientos antisociales. Todo esto como resultado de la conducta irresponsable y poco reflexiva de quienes rompen sus votos matrimoniales; individuos egoístas y necios  que vivirán hasta el resto de sus vidas con sus culpas y tormentos, si es que tienen algo de conciencia, claro.  

Amigo, no deje que el diablo saque ventaja de usted para vencerlo y destruirlo. Esté siempre atento a la Palabra de Dios. Ella nos da instrucción para no cometer los mismos errores que cometieron ciertos hombres de Dios del pasado, individuos que se dejaron seducir por los deseos de sus ojos y de la carne.

Recuerde: Mejor es entrar al reino con un solo ojo, que teniendo los dos y terminar en el infierno. ¿Me explico?

Póngase anteojeras invisibles y le irá muy bien…¡Recuerde siempre a los equinos de los hipódromos, y a José, el maratonista, cuando sea tentado! Y sobre todo, ¡manténgase siempre orando para que no caiga en la tentación del enemigo!

 

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